Aprender de la experiencia, no solo implica, recopilar datos en un primer nivel, es decir, no solo implica comprender lo que no debo hacer, o cómo observo lo que las otras personas hacen o dejan de hacer. Exige un nivel más profundo de análisis, que a su vez requiere que nos formulemos preguntas claves, que una vez respondidas nos darán luz, sobre las razones de un suceso y qué debo re-formular, desaprender para poder re-aprender, de tal forma que ello me encamine hacia mis objetivos.