Despues de 7 meses dictando en zoom, estoy de acuerdo con este comentario del educador y especialista en nuevas tecnologías, Andrés Hermann para El Comercio, "La cámara (...) permite tener una experiencia de mayor cercanía, para interactuar al mirar rostros. Incluso el profesor puede ver a través de las gesticulaciones y ademanes de los alumnos si están atentos y si van comprendiendo".
Por esta razón solicito a los estudiantes poner sus cámaras, al menos por un momento y en la medida de sus posibilidades claro está. Desde mi perspectiva, una vez que hacemos ese contacto visual virtual, el ambiente del aula virtual se hace más real, más claro, se humaniza, se sensibiliza, se "acorta" la distancia, se genera un espacio común más allá de la tecnología. Es verdad que no es un 100%, pero me atrevería a decir que aquellos estudiantes que pudiendo y queriendo, lo hacen, experimentan un segundo nivel, un tanto más profundo, de conexión con respecto del curso, lo que podría ir en beneficio de los resultados del aprendizaje.